EL CONCEPTO DE COMPETENCIA DESDE LA COMPLEJIDAD.

CAPITULO 2

Aportes de las diferentes perspectivas disciplinares.

De acuerdo al análisis que hace Magaly Ruiz en relación a los diversos conceptos que hoy en día existen de una competencia y los cuales presentan dificultad si no se distingue la disciplina a la que va enfocada, puedo mencionar que cada una de estas aportaciones presenta gran utilidad dependiendo de la asignatura o materia escolar con la cual se trabajara, así mismo, si se toma en cuenta la perspectiva a la cual se orienta la competencia ésta nos permitirá situarnos hacia dónde vamos, estar al tanto de circunstancias y valorar hechos.

Las perspectivas disciplinares fundamentales mencionadas en este capítulo se refieren a aportes relacionados con el concepto de competencia tomando en cuenta a Tobón, Rial, Carretero y García. A continuación se hará una breve explicación de cada una de estas perspectivas.

PERSPECTIVA COGNITIVA. 

Pone especial interés en el proceso educativo mental incidiendo en la motivación intrínseca la cual  se refiere al interés mostrado en una actividad por el ser humano. Esta perspectiva está íntimamente relacionada con aspectos históricamente estudiados y aprendidos a lo largo del tiempo como son: la memorización, la solución de problemas y la forma de conceptos entre otros, por tal motivo, esta perspectiva es vista “de tal manera que es prácticamente en sí una forma de pensar, de razonar o de resolver problemas” (Ruiz, 2010, p. 28).

En el uso de la competencia se maneja ya la transversalidad dentro del proceso educativo, permitiendo adquirir un conocimiento cada vez más amplio el cual permite mejorar la comprensión y apoyándose de la retroalimentación. La propuesta para el docente se centra en enseñar  otras cosas diferentes para formar en el alumno un aprendizaje más significativo y concreto, el cual se dará por representaciones de la realidad y las actuaciones en este caso estarán basadas en las estrategias propuestas tanto por el docente como por  el alumno (explicar, argumentar, plantear o responder preguntas, etc.).

Desde esta perspectiva las competencias se enmarcan como “Procesos dados por representaciones de la realidad y actuaciones basadas en estrategias” (Ruiz, 2010, p. 31). Algo significativo de esta perspectiva es que se maneja como parte substancial a la inteligencia donde enfocándolo hacia la escuela, si  no se sabe en qué momento y cómo utilizarla se presentarán problemas en el ámbito educativo. En este apartado se enmarcan  tres tipos de inteligencia:

Inteligencia analítica. Tiene como función ayudar a planificar, controlar y tomar decisiones.

Inteligencia experiencial. Habilidades que se desarrollan para cambiar la experiencia del ser humano actuando de diferentes maneras de acuerdo a la situación.

Inteligencia práctica. Habilidades de aplicación, implementación, ejecución y utilización que se emplean en la vida de la persona, obteniendo éxito si es aplicada de acuerdo a su intensión.

Para concretar, la competencia bajo estos aspectos se define como la combinación de elementos heterogéneos donde se distingue el saber, el saber hacer y facultades cognitivas.

PERSPECTIVA SOCIOCULTURAL.

Esta perspectiva se centra en el entorno social y la situación en la cual se desarrolla la competencia combinando conocimientos y capacidades, donde a su vez se requiere de destrezas para finalmente aplicar en la vida diaria.

El principal concepto que aparece en esta perspectiva, maneja a la competencia como una capacidad la cual no es otra cosa que una habilidad general utilizada por un estudiante para aprender o de la cual se apoyará el docente para aportar en el alumno el aprendizaje requerido, constituyendo a su vez los objetivos esenciales del enseñar y el aprender.

PERSPECTIVA CONDUCTUAL.

La perspectiva conductual maneja el término de competencia como un comportamiento observable. Dentro de los conceptos planteados en este apartado, los diversos autores conceptualizan a la competencia desde el punto de vista de una destreza, la cual se manifiesta como una habilidad específica, es decir, la competencia vendría a formar parte de una capacidad si se toma a consideración la perspectiva sociocultural, pues una capacidad está formada por varias destrezas, así el término competencia adquiere otro sentido donde apoyándose principalmente de la taxonomía de Bloom, algunos docentes hoy en día se apoyan de esta para realizar sus planeaciones o proyectos educativos, con una visión encaminada a formar en el alumnado diversos niveles de conocimiento que van desde la interpretación, hasta la propuesta de objetivos; al hablar de “algunos maestros”, me refiero al poco interés mostrado por la mayoría de los docentes por provocar un cambio en el modo de enseñar, no existe un interés o simplemente porque la información que llega a ellos llega de forma dispersa e incompleta, confundiendo en lugar de ayudando.

PERSPECTIVA DE LA FORMACION PARA EL TRABAJO.

Desde mi punto de vista, esta perspectiva abarca a las tres anteriores ya que la competencia es manejada de acuerdo a la realidad laboral, se mantiene una relación con el entorno y la actividad realizada; en ella, la competencia es vista como una capacidad, un conjunto de atributos personales (actitudes y capacidades para el trabajo), un conjunto de conocimientos, habilidades, valores y aptitudes para lograr realizar una meta laboral, profesional, interpersonal y organizacional para desempeñarse frente a la sociedad y la vida en general. Esta perspectiva sirve de base en el proceso enseñanza aprendizaje, pues en él se enmarca el “aprender a aprender”, el preparar a los alumnos para enfrentarse a una realidad fuera del ámbito escolar; el problema como lo mencione en párrafos anteriores, es que si la competencia no se encuentra sustentada correctamente, pierde su funcionalidad.

CAPITULO 3.

¿Qué es lo que no ves?

El concepto de Competencia desde la Complejidad.

Después del análisis que se tuvo en la clase anterior, donde se aclaró el concepto de complejidad, la competencia vista desde este enfoque está formada por diversos elementos que componen una situación, estos elementos pueden ser tareas, actividades, capacidades o problemas entretejidos para formar una realidad del alumno y/o del maestro, el cual este último debe enfrentar la complejidad que representa la competencia con la intención entender el camino que se sigue desde el inicio educativo y las etapas por las cuales se pasa para llegar al aprendizaje del alumno, es decir, cómo el alumno con la guía del maestro cambia sus conocimientos previos por un saber más estructurado útil y aplicable a la realidad escolar primeramente y posteriormente enfocado a la vida diaria, este transitar versátil forma el cambio de conciencia, el cual va disminuyendo conforme se tiene habilidad en la meta esperada hasta realizar la actividad de forma intuitiva, compactada y sintetizada, ya no se piensa tanto en el cómo o qué se va a hacer pues ya se es competente, ya se tiene conciencia de lo realizable y de partir hacia cómo se afronta un problema o situación: se movilizan los saberes.

La competencia por compleja, nos remite al entorno donde el saber hacer, no solo se enfoca a eso “saber hacer”, sino al “saber hacer comprendido”, por qué hacemos las cosas, cuál es la finalidad y su utilidad. Una competencia no sólo es un enunciado es más que eso, es un desempeño significativo y coherente con la realidad del proceso enseñanza- aprendizaje, donde el maestro sustente su práctica en las destrezas, los hechos, las discriminaciones, las estrategias motoras y cognitivas, el recordar y el pensar entre otros, cuando hablamos de competencias no se pretende seccionar los conocimientos, habilidades y actitudes sino que estos deben estar interrelacionados armónicamente propiciando un conocimiento real y veraz.

Ahora bien el adquirir un conocimiento, saberlo utilizar y en qué momento aplicar, es más fácil de adquirir si el alumno se encuentra motivado y esta es la gran tarea del docente, actualmente la motivación es casi nula en la práctica, esto por diversos motivos y circunstancias que van desde desinterés hasta falta de tiempo; para motivar y ser motivado hay que tener en consideración la utilidad, la integración de la nueva información, las implicaciones, adecuaciones al contexto, el clima social y las emociones presentes o por desarrollar, si se tienen estos factores el alumno mostrará interés, autonomía y responsabilidad por adquirir el conocimiento.

Para concluir, la competencia vista desde la complejidad no implica algo complicado, sino más bien una serie de fases lógicas y estructuradas de manera que se pueda alcanzar el conocimiento de manera ordenada por medio de la motivación, interés y perseverancia del docente, implicando un cambio en el alumno y con repercusiones directas en la sociedad, como menciona Magaly Ruiz  “lo más importante es que el alumno pueda reflexionar acerca de la acción” (2010, p 56).

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA.

Ruiz Iglesias Magalys. (20109 El concepto de competencia desde la complejidad. 2a. Edición, México Trillas.